lunes, 23 de abril de 2012

Tie Your Mother Down

Dentro de unas semanas me compraré una guitarra Les Paul Menphis y la primera canción que sacaré será esta.
Excelente canción, gracias Bryan.










jueves, 19 de abril de 2012

Todo sería tan simple...

Todo sería mas simple si siguiéramos escondiéndonos bajos los arbustos para darnos un beso a escondidas de nuestros padres luego del colegio.

Si nuestro día dependiera de cuantos goles hicimos en un partido de futbito seríamos tan felices como cuando un marinero llega a su destino luego de un naufragio.

O tal vez, lanzarce a la piscina por última vez a las seis de la tarde cuando el sol ya no se ve y la profesora pide que regresemos al bus del paseo escolar.

Facil como no presentar un trabajo final de Educación laboral en la secundaria con la profesora que nunca jala.

Si bailaramos pegaditos y a solas una canción que ya sabemos.

viernes, 13 de abril de 2012

Ayer Soñé...

Como no ocurría hace mucho tiempo y en medio de realidades disolutas, sentí tu aflicción. Pude regresar a la certeza de saber lo que sientes, pensaste mi nombre como antes, en silencio, a escondidas, incluso de tu corazón. Regresé a ser tu amigo y pude consolarte en tus momentos de zozobra, justo ahora que el dolor te atormenta reaparecí de la nada, como siempre.

Tu brazo me rodeó, vi tus manos blancas, todo era extraño, ni yo entendía que pasaba y dentro del sueño pensaba que, ciertamente, todo era un sueño. Abri los ojos en la oscuridad y volví a cerrarlos porque sentí tus dedos en mi espalda y empezamos a caminar por el parque de nuestras vidas.

Caminé junto a ti por un momento y pude ver tu sonrisa de antaño, de reojo pude sumergirme nuevamente en tu alma, pero no te miré de frente, tenía miedo, de que te vayas como lo has hecho y como lo hiciste porque luego de ver tus ojos todo acabó, desperté y volví a dormir sin soñar.

Antes de diluirte me dijiste algo: "te esperé y no llegaste". Te esperé y no llegaste, te esperé y no llegaste. Grabé la frase en sueños y hoy despierto recuerdo hasta el tono de tu voz al pronunciarla. El movimiento de tus labios cuando la dijiste me hizo recobrar las ansias por ti. Vanamente miré el horizonte para esperar a que no llegues.

Lamento tu aflicción, la siento, no me corresponde, pero comparto tu dolor, lo hago en silencio, te apoyo en secreto en este momento dificil. Sé que no lo necesitas y tal vez despreciarías mi sacrificio ausente y voluntario, pues el dolor es pasajero, además traerá consigo tu felicidad, tu amor y tus prosaicos pensamientos que cada vez se alejarán de mi.

Regocíjate en tu suplicio, carpe diem, aunque, en mi sueño, no pude ver ni sentir, entiendo que eres feliz y ojalá tengas siempre los brazos abiertos de quien te acompaña. Ten orgullo del producto del dolor que hoy te aqueja, pues luego, cuando todo haya pasado, el cariño que sentirás solo será comparable a la felicidad que te imparte ese pequeño rostro arrugado y rosado.

Fue grato sentir tu mano en mi espalda, como en años idos, sentír fiebre para ser tocado por una mano fría o sentir la calidez cuando el frío invade todo. El tacto fue real, superó cualquier sueño anterior, tanto asi, que me llevó a escribir esto, pues a pesar de la sonrisa y tu cálido brazo rodeádome, sentí dolor, un dolor que, físico, mental o espiritual, te secuestra y me secuestra en las noches mas inesperadas.

Años pasaron desde que no sucedía, la última vez fue, precisamente,  cuando nos despedimos. Aquella vez fue todo tan real, era como ver el futuro en sueños, como Josué con las vacas flacas y gordas, como Jeremias y sus profesías, como ayer.


miércoles, 4 de abril de 2012

Amantes...

Después de todo, acabada la cena, cada uno pasa a retirarse. Sin partir el pastel, sin descorchar el vino. Parándose lentamente y alejándose unos de otros. Cada uno por su rumbo, a sus dormitorios donde soñarán lo que no hicieron en la cena. Las sobras se las darán al perro, los platos los lavarán en la mañana y la mesa quedará como está.

El padre descanza del trabajo en la soledad profunda y odiosa de su habitación gris. No busca ni los diarios para la lectura vanal, tampoco un libro para desafiar el intelecto, se refugia en la música, los clásicos Bach, Chopin, Beethoven. Naufraga entre las olas de los violines y solfea sus frustraciones que retumban las paredes. Desarmado, casi contrito y cerrando los ojos, se deja llevar por los mundos imaginarios y fantásticos, a donde va solo, sin esposa ni sus hijos, de ahi su contricción.

La madre teje, con palillos y lana roja, despreocupada y sin pensar en otra cosa mas que en entrelazar los hilos adecuadamente. Sus piernas juntas, su falda larga y sus pies calzados con sandalias. Despreocupada y satisfecha por lo hecho en el día. Un pensamiento la ronda pero no le quita la concentración. Espera que sus hijos se acerquen a despedirse con las buenas noches.

Los chicos se acercan, revolotean, dan tropiezos y finalmente llegan ante ella, le dan un beso y con una cruz en la frente la madre los acuesta. Se abrigan solos y sueñan con los angelitos.

La madre vuelve al tejido y espera el silencio total de la casa. Cuando no escucha ningún ruido se levanta y camina nerviosa hacia el cuarto del esposo. Abre la puerta y ve al marido tendido, hipnotizado por la música, a veces suave, a veces eufórica. La mujer se sonroja y cierra la puerta. Sin pensarlo, se saca los aretes, la blusa y se baja la falda. Desabrocha su brasier y desliza las bragas hasta quedar solo con las sandalias.

Adentro, el marido, extasiado por el ritmo y el vaivén de las notas, ha cerrado los ojos y solo espera quedarse dormido asi.

Ya al lado de la cama, la mujer desnuda desliza su mano bajo los pantalones y obedece a su instinto. El sorprendido amante también se entrega y disputan quien ofrece mas placer. La faena gloriosa descubre que siguen siendo amantes,como cuando se conocieron.

Pues al finalizar el día entonces, recién empieza la vida para dos animales dominados por la rutina y el cansancio.