jueves, 30 de mayo de 2013

No Me Quiero Enamorar

Este negrito canta bien.

domingo, 26 de mayo de 2013

Ángel o Demonio

¿Qué te parece? Al parecer todo está controlado, aunque aún no puedo diferenciar cuan delgada es la línea que separa la inocencia de la lujuria. Siempre juegas y miras con ojos de presa que acaricia pero que al mismo tiempo ataca de manera fulminante y sin temor te enfrentas al fracaso sabiendo que vas a perder.

Cuando quiero verte te niegas pero seguro que me esperas impaciente, miras tras la cortina si ya me he ido para salir corriendo a buscarme y cuando ya no estoy reniegas, pero al momento sonries pícara y descuidada.

Desprecias mis ofreciemientos pero no aguantas abrazarme, alocada estrujas mis costillas y soltando una lágrima te alejas por donde viniste.

No sé que eres, no me permites escribir, me bloqueas y me quedo mudo, sin palabras, sin ideas ni fuerzas en las manos, no veo las letras del teclado solo te veo a ti. Sabes que haces eso y te ríes en mi cara, disfrutas mi represión y ni siquiera te tengo para recriminarte. No te conosco pero estas en mi como la poesía o la literatura y no estas como la bondad o las buenas intenciones. Disfruto tu prescencia y tu auscencia, juego contigo cuando estas y cuando no. Apúrate pues pensaré que eres el demonio que llevo dentro y no el ángel que me falta.

martes, 7 de mayo de 2013

Lalo

Conocí a Lalo cuando entré a estudiar a la academia Saco Oliveros. Había terminado la secundaria y un amigo me recomendó estudiar en esta academia pues en la César Vallejo había fracasado. Cuando entré a estudiar el ciclo ya había empezado tres meses antes, por lo tanto yo era el nuevo. Tenía 16 años y y era el año dos mil.

Cuando entré por primera vez al salón una chica me separó un asiento y era la única que me hablaba, no era bonita así que no le presté atención, pero lo que si me percaté fue de un muchacho que tenía a varias chicas a su alrededor y las hacía reir sin parar. Era Lalo. En el descanso se me acercó y comenzamos a hablar, nos hicimos amigos al instante y al día siguiente eramos inseparables. Era raro pues en el salón eran bastantes hombres y al final Lalo solo hablaba conmigo.

Lalo era chato, y cinco años mayor que yo, teníamos el mismo peinado, el popular corte honguito, rapado adentro y largo afuera. Sus piernas parecían un alicate y la nariz era aguileña. Hablábamos de todo, especialmente de chicas, nos gustaban chicas distintas asi que nunca peleamos por ese tema. fue Lalo quien me ayudó a crear mi primer correo electrónico, alvarito86@latinmail.com, y quien me animó a ver la Guerra de las Galaxias.

Cuando acabó el ciclo, Lalo desapareció misteriosamente, le envié varios correos pero no contestó, llamé al número de teléfono que me dio pero estaba fuera de servicio, no lo vi mas y lo extrañé mucho en el siguiente ciclo. Fuimos grandes amigos por unos seis meses, donde quiera que estés Lalo, un fuerte abrazo y éxitos en todo.

lunes, 6 de mayo de 2013

Tucta

Allá por el año dos mil dos trabajé para mi prima. Ella tenía una tienda de autopartes, en realidad la tienda era de su pareja pero los dos administraban el negocio. Yo llamaba gente mientras aprendía sobre como polarizar, instalar alarmas a los autos y colocar seguros a los faros. En realidad me pasaba todo el día pensando en Jessika porque desde la avenida Canadá se podía ver el atardecer tras la vía expresa y luego del atardecer tenía que ir a recogerla, así que me aseaba a las siete de la noche en punto para llegar a tiempo.

No sé cuando llegó, solo sé que cuando yo vine no estaba ahi pues en la tienda solo eramos tres, mi prima, su novio y yo. Un día mientras me aseaba para recoger a Jessika lo ví utilizando mi jabón. Me miró y sin decir nada dejó el jabón en su sitio. Al día siguiente todos lo llamaban Tucta, como si siempre hubiese trabajado ahi, incluso, sentía que le tenían mas confianza que a mi y eso me ponía algo celoso.

Tucta era un serrano, fácil que venía de Ayacucho o de Puno, tenía chapas en los cachetes, el pelo trinchudo, era enano y casi no pronunciaba palabra alguna. No nos hicimos amigos, nos saludabamos y casi nunca hablamos. Él se dedicaba a moldear el fierro para hacer seguros de faros, ganaba mas que yo y eso me daba mas envidia.

Donde estará Tucta hoy, no creo reconocerlo perfectamente y él seguro no se acordará de mi, los dos meses que convivimos en el trabajo no fueron suficientes para entablar una amistad, espero todo le esté yendo bien.

domingo, 5 de mayo de 2013

¿Qué será de...?

Ayer mientras veía por la ventana del carro me pareció ver un rostro conocido. Como fueron unos segundos nada mas, el carro avanzó y me quedé con el rostro tratando de recordar quien era. No pude. Los pensamientos siguientes me llevaron a confirmar lo ingrato que soy y lo frágil de mi memoria y frente a ello se me ocurrió crear una etiqueta nueva en esta bitácora que increíblemente cumplirá cinco años en diciembre. ¿qué será de...? tratará sobre personas que pasaron por mi vida y que por alguna razón todavía guardo recuerdos, será entretenido leer esto cuando pasen cinco años mas o mejor aún cuando sea un viejo decrépito y solitario.

No sé con quien empezar pero estoy emocionado por jugar con mi memoria con hechos personas y lugares. Alternamente seguiré con las publicaciones a las que me he acostumbrado, textos cortos donde divago por mi mente enferma de palabras.