lunes, 28 de abril de 2014

BOOM

A veces es difícil encontrar una situación romántica para convertirla en un texto. Crear de un pensamiento decenas de palabras que digan todo lo que siento y a la vez nada cierto. Una emoción sinuosa que llega en forma de canción y que se queda para formar oraciones que lindan lo cursi. Aún así, siempre hay algo que me atrae a escribir letra por letra, a veces de un tirón y a veces una palabra por hora.

Ando buscando un tema que me lleve a un hilo literario extenso, hasta el momento he fracasado al escribir algo consistentemente grueso, los personajes se diluyen, no es fácil, la letra se arruina en el papel digital y la papelera de reciclaje se lleva textos olvidados sin piedad. No hay día que deje de pensar en ello, pero de algo si estoy seguro, será puro realismo mágico, palabras llenas de fantasía absoluta anclada en la realidad que exploten con un boom en las mentes de los lectores, seguro que pocos, pero justos y necesarios.

Tal vez no debo buscar tanto y dejar que llegue solo, al compás de la vida, o tal vez ya lo tengo en frente y solo es cuestión de tiempo. A veces me desespero y me presiono tanto que la frustración se me sale en palabras hirirentes hacia los que me rodean pues cuando me hablan me distraen de mi objetivo y los odio.

A veces es dificil encontrarme a mi mismo en está vida absurda de vaivenes pues me dejo llevar mansamente por las olas de los días que ya se agotan.



domingo, 27 de abril de 2014

McCartney

El viernes nuevamente asistí a un concierto de Paul McCartney. Esta vez estuve lejos, tribuna norte, pero la sensación fue increíble. Valió la pena el sacrificio y el cansancio para llegar y salir. Y como dijo Paul "Ahora si ya me quito"


viernes, 18 de abril de 2014

El que no tiene memoria se hace una de papel...

Hoy ha muerto uno más de mis sueños. Ayer ha muerto Gabriel García Márquez y no podré estrecharle la mano para luego darle un fuerte abrazo, sentarnos y conversar sobre El amor en los tiempos del cólera, pues no hay mejor libro escrito que ese. Y eso que he leído mucho.

La vida es así, efímera, no hay tregua. No deja ni siquiera cumplir los sueños, ni tiene piedad con los genios, a esos que deberían vivir por siempre, a esos se los lleva igual que a todos. Si tuviese oportunidad de decir algo ante tal suceso diría, ¡hey!, muerte, déjalo, a ese no lo lleves, le falta mucho por escribir, tiene historias infinitas en la mente, cuentos fantásticos que poner en el papel. Y la muerte se iría pues ella también lo lee.

No hay otra pues, muerto el hombre se acabo el escritor. Estoy seguro que toda la gente dirá: Pero ahí tenemos sus obras. Yo digo: pffffff... Esta pobre cultura de lectores de tablet nunca apreciará el valor y el olor del papel que sabe a Macondo, ninguno entenderá a Florentino y su amor eterno y nadie despreciará al Patriarca, pues todos se distraerán con angry birds o las aplicaciones que los hacen mas "cul".

Lástima Gabo, no podremos estrecharnos las manos, como concebí hace muchos años mientras leía Cien años de soledad y me enamoraba de Remedios, la bella. Hasta soñé las primeras palabras que usaría: Señor Gabo, es usted un maldito genio, quisiera escribir un cachito como usted. Tú sonreirías y alabarías mi ocurrencia. Por supuesto estabas vestido con un pantalón oscuro y un saco melón a cuadros. Ya nada pasará pues te moriste como todos moriremos y ya nada te hará regresar.

Yo de seguro seguiré disfrutando de tus libros pues la re-lectura me fascina pero antes de empezar cualquiera de tus títulos daré un suspiro de decepción pues recordaré que no habrán más obras así. Chau Gabriel, chau sueño de conocer a Gabriel y chau obras geniales de Gabriel.


lunes, 7 de abril de 2014

Hace mucho tiempo...

Desde el lejano recuerdo que aparece en la penumbra y que se esfuma en el mesón junto al humo de un cigarro pálido, desde ese alucinante y oscuro lugar, aparece y desaparece el momento oportuno que desaproveché por vergüenza. Tengo mi razón, la tuve en ese momento y hoy todavía es válida. Pero desde ese intemporal recuerdo salen nombres que ya no menciono pero que pienso intensamente.

No es frágil la memoria, divaga pero siempre llega lejos y te atrapa, con un hilo que puede romperse con la respiración de tu gran pecho, con un cabello fino y recién lavado, rubio y brillante, negro y otoñal.

En ese lejano recuerdo todavía te espero, fumando; aspirando y exhalando; enmudecido por las olas que juegan con la arena en la noche fría. No llegarás. Yo seguiré esperando unas horas y pensaré que ocurrió un imprevisto inevitable que me dará esperanzas absurdas y me iré feliz.


viernes, 4 de abril de 2014

Mister X

Es difícil escribir sobre la muerte de un amigo, peor aún si ese amigo te llamó algunos meses antes de morir para contarte que estaba enfermo, peor aún si en esa llamada te pidió que lo visitaras y tu prometiste que lo harías.

Ha muerto Mister X, Juan Ramos, el tio gordito de los controles, el sonidista de la Radio, el cachondo de teléfono, el viejo consejero, el que todos las noches me preguntaba por Lulita, el que alzaba el dedo gordo para entrar al aire, el que renegaba cuando hablábamos lejos del micro.

Nunca fuimos los mejores amigos pero fue el primero que conocí en la CPN radio y el primero que me enseñó algo muy valioso -cuelga suave el teléfono carajo- eso me dijo, me dio confianza y yo la cogí. Compartimos por dos años y medio las madrugadas de los 90.5, tomábamos en los aniversarios y hacíamos chacota con las oyentes.

Siempre le dije Mister X, como todos, no recuerdo haber mencionado su nombre nunca, hasta hoy. Un día hicimos el programa solo los dos, no había gente, Miguel se había ido de vacaciones, Harold estaba en Canal 7 y Paul Toby no llegó esa noche. Me enseñó cosas básicas -no babees el micro- , - cierra la puerta que el aire acondicionado jode la garganta - , - no me interrumpas cuando hablo por teléfono - , -si pones los pies en la mesa de conducción fíjate si no has pisado caca - y cosas mas útiles aún.

Mister X no sé que hay después de la muerte, pero de seguro tu ya lo sabes, ojalá sea lo que esperabas y no estés decepcionado, lamento no haberte visitado y lamento que dejes a tus hijos, eso debe ser bien jodido.

En fin, allá nos vemos cuando me toque. Y ya se que si te veo no llevaré cigarrillos porque te jode el humo.