lunes, 20 de octubre de 2014

Thatar

Nunca más vivo.

Vladimiro me enseñó a enseñar, a entretener, a interesar, a apasionar y más precisamente a inspirar. Todavía me falta Profesor. Adiós. Le sigo por aquel sendero de los que viven la historia. Usted estaba vivo, es Ponce quien lo ha matado pues él me trajo la terrible noticia. Sinó me hubiese dicho nada no me sentiría tan apenado.

De consuelo me queda que lo último que vi de la Cantuta fue a usted sonriéndome y abrazándome por mi exposición sobre Culturas del Cercano Oriente. Nos vemos maestro.


domingo, 5 de octubre de 2014

Adiós

De todas las veces que te he dicho adiós, nunca hubo uno tan definitivo como este, nunca hubo uno tan desagradable como este, nunca hubo uno tan sombrío como este. De entre todas esas veces se apila aquella desesperanza absoluta que redunda en el triste vaivén de una respiración entrecortada por el sollozo.

De todas las veces que te quise decir adiós, nunca existió una vez mas determinada que esta que rodea la nostalgia y se entrega a la indiferencia para navegar en el rumbo del feliz sosiego. De esas veces extraigo la resignación que hoy guía mi mano para decirte lo que digo.

De todas las veces que prometí decirte adios, nunca valió tanto el dolor como hoy que sangro lágrimas de vino y piel, sudor y suciedad. De todas aquellas ocasiones rescato el heroismo vano de las palabras torturadas por las frases llenas de alevosía.

De todas las veces que te he dicho, que te quise y que te prometí decirte adiós, nunca hubo una que naciera desde la profunda indiferencia que golpea el ritmo de textos antiguos que pierden el sentido con cada segundo que corre en el tiempo que nos separa.