martes, 11 de julio de 2017

Desvarío Nº 174

Como un ángel has logrado entrar en mi vida. Te confieso, querida, que no tenía esperanzas en nosotros, pues pensé que esto se esfumaría tan rápido que ni recuerdos me quedarían, pero hoy, mas de 120 días después, el camino parece afirmado, sólido, largo, sinuoso y lleno de momentos increíblemente felices.

¿Y sabes a que se debe todo esto? Pues es mas simple de lo que piensas, pero tan complejo para mi. Todo es tu sonrisa Dayane, todo es la forma que toma tu rostro cuando digo alguna tontería. Incluso llego hasta soñar con ella y lo mejor de todo es que sonríes para mi. Lo mas intenso es que cuando sonríes, mi corazón también lo hace.

He visto tus labios de varios colores, los he probado de distintos sabores, pero siempre tienen el mismo efecto en mi: me colman de felicidad, alegras mis días, eliminas mi rutina. Tenemos pasado Dayane, difícil y doloroso, absurdo e inclemente pero ¿sabes qué? Hoy sonreímos. Y tu sonrisa es lo que importa. Tu sonrisa, ayer, hoy, mañana, pasado mañana y especialmente los viernes.

Tu sonrisa en mi auto, tu sonrisa en la soledad de una habitación, tu sonrisa recostados o frente a frente, tu sonrisa al despedirnos o en una foto que constantemente veo.

Era viejo amor, era, ya no, soy niño ahora, un niño que sueña, que suspira y que se emociona cuando te tiene frente a él. Un niño que ve en tus ojos un infinito de posibilidades que le depara ahora el destino.

Siempre nos hemos preguntado ¿Por qué nos conocimos justo ahora? ¿Por qué? ¿Destino? ¿Casualidad? Lo siento princesa, tampoco tengo respuesta para estas preguntas, solo sé que aquella vez que llegué temprano y tú también, se escribió un nuevo camino, una nueva relación entre dos personas que no esperaban nada y que ahora lo quieren todo. ¿Y sabes que es lo que me encantó de ti ese día? Pues si. Tu sonrisa entre niña inocente, adolescente pícara y mujer sexy fatal.